Archivos Mensuales: May 2015

UMAMI

umami
UMAMI
uno de los cinco gustos básicos, junto con el sobor dulce, amargo, salado y ácido. Su nombre tiene origen en la lengua japonesa que significa “buen sabor”, y lo podemos asociar al caldo de carne y a las pastillas de concentrados para dar sabor a las comidas. El umami se percibe con las papilas gustativas de la parte central de la lengua, principalmente en alimentos tales como los vegetales, la carne, los quesos, el pescado, el té verde, las setas,los espárragos, la sardinas, los tomates y las otras.

fealdad

calzones caídos “La fealdad es un detalle de un gran conjunto que no podemos abarcar y que armoniza no ya con el hombre sino con la creación entera” (Víctor Hugo-1827, en el prólogo de Cromwell). Lo bello, por el contrario, según W. Sabogal, se queda sólo cuidando su simetría en su íntima armonía con el organismo. Hoy la fealdad _agrega el mismo autor_ ha adquirido aceptación y carta de presentación, al tiempo que se instaura como un recurso para llamar la atención y obtener identidad original y genuina, dando un abanico de posibilidades inagotables e irrepetibles; lo que no ocurre con la belleza como tal que deja de tener interés para el arte por cuanto se ha vuelto anacrónica. Antoni Marí (El País.com/2008/01/08) presenta un ejemplo muy actual para referirse a la moda como una “interpretación de la realidad”: el adolescente que se pone los pantalones caídos para dejar ver los calzoncillos, y que lo hace a su manera y así se garantiza las miradas dentro de la moda del feísmo.
http://elpais.com/diario/2008/01/05/babelia/1199491567_850215.html

cantaleta

cantaleta

Discurso oral mutilado, vacío y reiterativo de fórmulas estereotipadas cuyo objetivo es el de establecer y/o mantener el sentimiento de culpa en el receptor. Su raíz nos lleva de inmediato a entender que se trata de un “canto”, pero no de jilguero, sino de castrato, de voz chillona y gritona; la terminación “leta”, parece estar relacionada con las letanías, una interminable, repetitiva y monótona lista de invocaciones a María, la madre de Dios, que los fieles católicos debían agregar después del Rosario. Claro está que no falta el que se atreva a relacionar el sufijo “leta”, con El Leteo, “el río del olvido en los infiernos”, propio de la mitología griega. Su razón tendrá, pues no existe sobreviviente alguno que quiera recordar aquellas cant-eras de imprecaciones. Recordemos algunos versos del compositor y folklorista colombiao Mario Tierra: “La cantaleta montañera”

…Y tráigame los alpargates que estoy a güincho voliao.
¡Pero que siá ligerito! No se quede ahí arrunchada
como pelota aplastada haciéndose la dormida.
¡Huy pues boba entelerida! Enrollá bien esa estera,
ventiá ese jundillo afuera y te alisás esas greñas
como una buena antioqueña de cepa y de verraquera.

…Dejá de estate rascando ahí, encima de la olleta
No es que sea cantaleta lo que yo te estoy diciendo
Dejá de estate peyendo en el baúl del mercado
Bañá esos culichorriaos y echá en la jíquera vieja
el almuerzo, so pendeja, pero que siá corriendo.