Archivos Mensuales: marzo 2024

La Frecuencia de Dios

Llamada también la Frecuencia de la Unidad o Solfeo de 963 Hertz, despierta cualquier tipo de sistema orgánico, mental o espiritual, y lo conduce a su estado original perfecto, y a conectarse con el universo, con la Conciencia Divina y consigo mismo.

Existen seis reconocidas frecuencias usadas en la terapia del sonido y que permiten la meditación y la alteración de la conciencia, las cuales se basan en una antigua escala musical usada en los cantos gregorianos en la Edad Media, pero ninguna con la frecuencia de 963 Hertz.

La Frecuencia de Dios activa la glándula pineal o de la espiritualidad, llamada también el Tercer Ojo, y se puede escuchar en el sonido de algunos cuernos tibetanos, en algunos campanarios, diapasones y en voces blancas muy privilegiadas.  

Cuando una nota llega a dicho registro de 963 veces por segundo pasa a ser una voz angelical, sublime, como  como la del   pequeño Malakai Bayoh, con solo 13 años, cuando cantó la pieza religiosa «Pie Iesu» (Jesús Misericordioso) durante su participación en el concurso británico de Got Talent.

Contaminación visual

Problema que enfrentan las ciudades en los últimos años, debido a la proliferación de publicidad exterior. Para controlar esta situación los Gobiernos deben fijar criterios para reducir la contaminación visual del paisaje tanto urbano como rural.  

Es necesario fijar un código de autorregulación de la publicidad exterior, el exceso de cableado, los vertederos de basura, las antenas televisivas abandonadas, los grafitis de mal gusto, los vehículos pudriéndose en las vías, el exceso de señales de tránsito, entre otros.    

Los propietarios de vallas deberán dar mantenimiento a las zonas en donde éstas se ubican, controlar que no estén en partes que distraigan a los conductores, como curvas peligrosas, vías estrechas o carreteras destapadas y sin clara señalización.

Los citadinos abandonamos la ciudad para encontrarnos con la naturaleza pura y no para ocupar la mente con promesas publicitarias.  

Pirata, corsario, bucanero, filibustero

La piratería es una práctica de saqueo organizado o bandolerismo marítimo, por la cual se ataca a una embarcación con el propósito de robar su carga, exigir rescate por los pasajeros, o venderlos como esclavos y, en ocasiones, apoderarse de la nave.

El corsario es un tipo especial de pirata contratado por un Estado mediante una patente de corso para atacar y saquear las naves de un país enemigo, de ahí que gozara de ser tratado como soldado, pero con la obligación de entregar parte del botín a las autoridades que emiten la patente. (ver Corsario académico).

Los bucaneros eran piratas, más de tierra que de agua. Inicialmente eran colonos de la parte occidental de la isla La Española, hoy Haití que se dedicaba a cazar vacas y cerdos salvajes para ahumar la carne y venderla a los navíos que transitaban por las aguas del mar Caribe.

Filibustero  era el nombre que recibía aquel pirata que hacia el siglo XVII  formaba parte de los grupos que actuaban en el en el mar Caribe, impidiendo la navegación. Su característica especial era que bordeaban y saqueaban sólo las localidades costeras.

En el campo político el filibusterismo equivale a un obstruccionismo parlamentario mediante el cual se pretende retrasar o bloquear la aprobación de una Ley o Acto Legislativo gracias a un extendido discurso.

Disforia de Género

La disforia de género es el término con el que en 1973 el médico John Money, y de ahí la psiquiatría, designaba a lo que en 1953 el también médico Harry Benjamin había llamado transexualidad o identificación intensa y persistente con el otro sexo.

El término disforia equivale a molestia, desazón, pena difícil de soportar” o estado de ánimo de tristeza, ansiedad o irritabilidad. Imaginemos a un niño clasificado por sus padres como hombre o como mujer y obligado a tener comportamientos, vestimenta, juguetes, nombre y lenguaje que discrepan de lo que su cerebro, su corazón y su alma le piden?  

Ceguera facial o Prosopagnosia

Esta palabreja tan larga y rara viene del griego “prosopon” que significa «cara» y “agnosia” que es la ausencia de conocimiento; esto equivale coloquialmente a la dificultad para reconocer el rostro de las personas, incluyendo su familia, los seres queridos y hasta el suyo propio cuando se mira en espejo.

La prosopagnosia o ceguera facial puede ser causada por una lesión cerebrovascular o un tumor en las regiones occipital o temporal del cerebro. Claro está que 1 de cada 47 personas la padecemos de una manera leve, pero de una manera severa la tiene 1 de cada 108 personas, como es el caso del célebre actor Brad Pitt.

Apodíctico

Es un adjetivo que se aplica a una acción o circunstancia que se muestra convincente, y para para calificar un enunciado como demostrable de manera incontrovertible. De ahí que tenga como sinónimos: decisivo, concluyente, asertorio, incontrovertible, irrefutable, innegable, indiscutible, irrebatible e incuestionable.

Un ejemplo de proposición apodíctica: «Dos por dos es igual a cuatro»; también existen proposiciones asertóricas, por ejemplo, «Barcelona es más grande que Cuzco»; proposiciones problemática, ejemplo:  «Una empresa puede ser más rica que un país»