Supervivencia (muerte en diferido)

Refinada forma de tortura moderna en la cual se destaca la intubación endotraqueal. Sus verdugos son médicos encapuchados, a espaldas del juramento de Hipócrates que coloca el respeto a la vida humana por encima de todo procedimiento. Luis Buñuel se refiere a la supervivencia como una tortura más atroz que la misma muerte, dado que se da a largo tiempo, diferida por las técnicas médicas. Su metodología es horrenda: una vez retiradas las prótesis dentales de la víctima, se le tira la cabeza hacia la parte posterior de tal manera que su mentón quede elevado; seguidamente se le desplaza la lengua hacia la izquierda y, a sangre fría, se le introduce el laringoscopio (instrumento en forma de hoz para separar las cuerdas bucales y alumbrar hacia adentro) y se presiona cobn fuerza el cartílago cricoides hacia atrás. Una vez visualizadas las cuerdas vocales, toman el tubo endotraqueal con la mano derecha para irlo desplazándolo sobre la hoja del laringoscopio. Seguidamente se atraviesan las cuerdas vocales hasta ver desaparecer el extremo inferior del tubo endotraqueal, donde se ubica un balón que luego se infla. Y en esta postura y con todos estos aparatos que van desde la boca hasta la tráquea se espera hora tras hora, día tras día, la codiciada muerte real.

espalda / espaldarazo

Dar la espalda equivale en muchas culturas a ignorar, a negar una ayuda o no prestar atención a alguien. Por etiqueta y protocolo, cuando estamos en grupos de personas solemos evitar dar la espalda a cualquiera de los miembros porque hacerlo se considera de mal gusto, una falta de respeto o de falta de interés. Hablando en público funciona igual. La psicóloga Valeria Sabater expresa: “Yo nunca doy la espalda a nadie, mi indiferencia yo la regalo de frente”.

El espaldarazo Procede del acto que se realizaba durante la Edad Media en el que los reyes o altos mandos militares daban un golpe con una espada sobre los hombros de aquel candidato que, estando arrodillado, era armado, otorgándole el título. Coloquialmente se utiliza el término en el sentido de aprobación, apoyo, colaboración o  empuje que recibe una persona o un proyecto en su trayectoria hacia un determinado fin social o profesional.

En nuestra condición humana es fácil pasar del espaldarazo a dar la espalda, lo que se traduce como deslealtad; y lo contrario, como compasión.

 

Apatía estabilizadora

Teoría política que sostiene que en todos los regímenes políticos (principalmente en las democracias) la apatía política tiene un efecto estabilizador, porque tiende a menguar el ritmo con que son planteadas al sistema político las demandas sociales.

Cuando dicho ritmo es muy intenso, el sistema cae en «stress» por falta de capacidad para atender tantas demandas juntas. Lo contrario de la apatía estabilizadora es un alto nivel de participación política y de movilización social, lo que tendría efecto desestabilizador, esto es, una racionalización de la aspiración a aristocratizar u oligarquizar el ejercicio del poder.

DEFERRENCIA /INDIFERENCIA

El término DEFERENCIA procede de tres secuencias lingüísticas del latin o afijos: “de-“, que se usa para indicar “de arriba hacia abajo”. El verbo “fero”, que es sinónimo de “llevar”, y el sufijo “-encia”, que viene a indicar “acción o cualidad de un agente”.

Así que la palabra deferencia se usa para nombrar un testimonio o demostración de respeto o agradecimiento. Veamos un ejemplo de su uso: Mil gracias por la deferencia que has tenido conmigo, al hacerme participe de tu hallazgo.

La indiferencia, por otro lado, es un estado afectivo neutro. Solemos definir a una persona indiferente como alguien que “ni siente, ni padece”. Es un sentimiento que mantiene al margen a la persona que tiene esta condición. Sin embargo, cuando recibimos un zarpazo de indiferencia de alguien, sus garras nos producen heridas dolorosas. Un ejemplo de indiferencia es cuando nos dan la noticia de que un primo lejano ha fallecido. No sabíamos ni quién era; es la primera vez que oímos hablar de esa persona. La noticia nos deja bastante igual.

Comunicación alternativa

Sinónimos: c. participativa, c. popular, c. horizontal. Pequeños medios de comunicación que representan a los sectores que no tienen acceso a la emisión de los grandes medios (masivos) y buscan presentar otra versión de la realidad; algunos de ellos son, por ejemplo, el parlante de la plaza de mercado, la hoja parroquial, los canales locales y regionales de televisión, las emisoras radiales pueblerinas, el periódico estudiantil, etc. (Cinep).