Síndromes

Síndrome de Sjögren (se pronuncia chogren)

Es un trastorno en el cual se destruyen las glándulas que producen las lágrimas y la saliva, lo que causa resequedad en la boca y en los ojos. Este trastorno puede afectar a otras partes del cuerpo, incluso los riñones y los pulmones.

Síndrome de Stendhal

También es conocido como el síndrome de Florencia, síndrome del estrés del viajero o la enfermedad de los museos se caracteriza por la experimentación de emociones muy intensas ante algo que nos resulta bello, como un cuadro o un monumento. Dichas emociones pueden sobrecargar a la persona y alterar considerablemente su estado de salud. Los turistas que lo han sufrido aquejan taquicardia, sudoración, sofocación, tensión emocional, agotamiento y mareo.

Síndrome de Tourette

Trastorno neurológico que se manifiesta primero en la infancia o en la adolescencia, antes de los 18 años. Se caracteriza por muchos tics motores y fónicos que perduran durante más de un año. Por lo general, los primeros síntomas son movimientos involuntarios (tics) de la cara, de los brazos, de los miembros o del tronco. Estos tics son frecuentes, repetitivos y rápidos. El primer síntoma más habitual es un tic facial (parpadeo, contracción de la nariz, muecas). Pueden reemplazarlo o agregarse otros tics del cuello, del tronco y de los miembros.

Síndrome de Turner

Afección genética que solo afecta a las personas de género femenino (1 de cada 2.500 niñas). Las chicas con síndrome de Turner suelen ser más bajas que las compañeras de su edad. Si se diagnostica cuando la niña aún está creciendo, se puede tratar con hormonas del crecimiento lo que beneficia su crecimiento.

Síndrome de Angelman

Presenta los siguientes síntomas: Retrasos en el desarrollo, como la ausencia de gateo o balbuceo entre los 6 y los 12 meses de edad, retardo intelectual, habla mínima o nula, dificultad para caminar, moverse o mantener el equilibrio (ataxia), sonrisa o risa frecuentes no intencionales y una personalidad que es traducida como alegre o entusiasta.

Síndrome de Jerusalén

Se refiere al comportamiento que presentan algunos individuos cuando se encuentran visitando esta ciudad santa, el cual se manifiesta con ilusiones psicóticas como creerse un personaje bíblico, empezar a utilizar una toga o una túnica, entonar himnos litúrgicos, recitar versículos de la biblia o incluso predicar. Aproximadamente los hospitales reciben cada año 40 personas con esta sintomatología.

 Síndrome de Koro

Significa “cabeza de tortuga” y se da exclusivamente en China, India y sudeste asiático. El sujeto cree que su pene se está encogiendo e introduciéndose poco a poco en el abdomen. Se acompaña de una ansiedad grave, ataques de pánico y a veces incluso de esquizofrenia paranoide. En ocasiones también afecta a mujeres que creen que su vulva, sus pechos o sus pezones se encogen. Se considera que hay sobre todo un origen cultural en este síndrome. Como curiosidad te comentamos que en 1967 hubo un brote en Singapur, ¡los hombres creían que sus penes habían sido robados!

Síndrome de Ekbon

Es también llamado delirio parasitario, delirio de infestación o parasitosis imaginaria. Consiste en creer que la casa está infectada, pudiendo incluso llegara sufrir picaduras e irritaciones. Un dato muy curioso es que cuando se habla del “Signo de la caja de cerillas” se hace referencia a que en muchos casos estos pacientes acuden a la consulta con una caja de cerillas donde dicen que tienen un insecto de muestra. Cuando abren la caja el médico queda perplejo porque tan solo hay una pelusilla.

Síndrome de Burnout  (o del agotamiento por un trabajo nocivo)

La mueva tendencia de la higiene mental propone trabajar menos, tener una jornada laboral más corta  (6 horas diarias o 4 días e la semana); de esta manera las personas se vuelven  más eficientes y se distraen menos. También se busca dejar la angustia del mandato social que obliga a «aprovechar el tiempo en cosas productivas». Mejor pensar en  alternar el descanso (tirarse, por ejemplo, en el sofá a dormitar) y el ocio el cual busca ganancias espirituales o físicas como hacer ejercicio, yoga, deporte, leer, cocinar, pintar, tallar, escribir o ver una película que nos  vuelva un poco más compasivos.

Síndrome de la cara vacía es un temor o inseguridad que se genera en la persona al dejar al descubierto la cara, ya sea en tiempo de pandemias por precaución al contagio o por vergüenza a mostrar el rostro a los demás, como ocurre con los adolescentes por causa del acné, los brackets o el mal estado de su dentadura. En muchos adultos el bajar la mirada o llevarse las manos a la boca cuando hablan es también una forma de temor a  mostrar la cara vacía.   

Síndrome de la tumba vacía.  En la teología de la fe cristiana hace dos mil años, luego de la muerte de un inocente clavado como chivo expiatorio en una cruz romana se escribió en la gramática de occidente el contrasentido de una tumba vacía para evocar la otra vida de los justos. Ya dentro de la anatomía de la violencia del cuerpo social latinoamericano las tumbas clandestinas se abren como heridas que no cesan de sangrar por los hijos desaparecidos por la brutal violencia de los distintos bandos armados. Allí en esos hogares  hay una tumba vacía esperando el cuerpo de ese hijo, padre, esposo o hermano para ser inhumado.

Síndrome de la silla vacía es una sensación de tristeza y nostalgia por la pérdida de un ser querido y que se agudiza en determinadas épocas del año, como por ejemplo en Navidad y en los aniversarios. En algunas familias se acostumbra dejar el puesto de la mesa que ocupara en vida el finado y hasta poner los platos y servirlos, al igual que mantener la cama tendida como un imaginario de que aún ese ser querido esta con ellos.

En el campo político la figura de la silla vacía es una estrategia de castigo a los partidos políticos al no poder remplazar a sus militantes cuando estos son judicializados. De no ser así, las renuncias o inhabilitaciones de un congresista,

por cualquier motivo, sencillamente daban pie al ingreso del candidato siguiente dentro de su lista.