La piratería es una práctica de saqueo organizado o bandolerismo marítimo, por la cual se ataca a una embarcación con el propósito de robar su carga, exigir rescate por los pasajeros, o venderlos como esclavos y, en ocasiones, apoderarse de la nave.
El corsario es un tipo especial de pirata contratado por un Estado mediante una patente de corso para atacar y saquear las naves de un país enemigo, de ahí que gozara de ser tratado como soldado, pero con la obligación de entregar parte del botín a las autoridades que emiten la patente. (ver Corsario académico).
Los bucaneros eran piratas, más de tierra que de agua. Inicialmente eran colonos de la parte occidental de la isla La Española, hoy Haití que se dedicaba a cazar vacas y cerdos salvajes para ahumar la carne y venderla a los navíos que transitaban por las aguas del mar Caribe.
Filibustero era el nombre que recibía aquel pirata que hacia el siglo XVII formaba parte de los grupos que actuaban en el en el mar Caribe, impidiendo la navegación. Su característica especial era que bordeaban y saqueaban sólo las localidades costeras.
En el campo político el filibusterismo equivale a un obstruccionismo parlamentario mediante el cual se pretende retrasar o bloquear la aprobación de una Ley o Acto Legislativo gracias a un extendido discurso.