Archivos Mensuales: noviembre 2021

EL QUINTO GUSTO: UMAMI

La palabra umami tiene su origen en el japonés, con el significado de “buen sabor”, el cual se puede asociar al gusto del caldo de carne o al que añaden ciertas pastillas de productos concentrados para darle sabor a las comidas, además de que se encuentra en los vegetales, el pescado y los quesos

El dulce nos sirve para detectar comestibles ricos en energía y rara vez venenosos. Es un gusto muy propio de los primates superiores.

Cada uno de los cinco gustos básicos que percibimos tiene una misión biológica especial:

El salado sirve para detectar las sales que regulan el equilibrio hídrico, esto es, decidir la distribución de agua y otros líquidos en el organismo.

El ácido y el amargo detectan alimentos en mal estado y venenos.

El umami detecta los aminoácidos que necesitamos para sintetizar las proteínas.

De acuerdo con Ignacio Morgado en “Como percibimos el mundo”. Ariel (2012) hay muchísimas diferencias individuales y entre grupos étnicos en la percepción del amargo, sobre todo por razones genéticas. El sabor es un proceso activo que implica ver, masticar, respirar y tragar para poder testar y reconocer la comida en la boca y en la lengua.

NECROFILIA  (nueva mirada)

Desde un concepto amplio todos somos necrófilos por la manera de acompañar, embellecer, amortajar y conducir   al sepulcro a los seres queridos. Esto sin contar con los rezos, novenas, registros y la suma de recordatorios que guardamos de ellos.

Desde una mirada más sexuada, la necrofilia  es un tipo de parafilia o comportamiento poco habitual pero demasiado censurado por las sociedades, la cual  consiste en la excitación erótica causada por la contemplación, el contacto, la mutilación o la evocación de un cadáver. 

De manera sorprendente la necrofilia se remonta a cientos de años, y se ha documentado en la mitología griega, las culturas antiguas, el período grecorromano, la Edad Media y la era moderna. La historia de la humanidad está plagada de amor a los muertos.

Los especialistas consideran que los hombres tienen mayor inclinación a ser necrófilos que las mujeres (aproximadamente un 95%). Y dentro de los comportamientos más comunes que se puede tener con un determinado cadáver es la ansiedad  de tocar, acariciar y apretar sus manos, pies, rostro, torso, nalgas y genitales; esto según Mircea Eliade (Madrid, 1967) como forma de intercambio del calor de nuestro cuerpo con el de su fría piel. Cuando el deseo es morder sus partes se está reviviendo la etapa caníbal de los ancestros, y que aún persiste en nuestros genes. 

Otros comportamientos como masturbarse mientras imagina tener sexo con el finado, de acuerdo con el psicoanálisis, busca someter sádicamente a quien en vida se mostraría esquivo a tales deseos. Los necrófilos fetichistas, roban objetos o partes del cuerpo de un cadáver, como cabello o prendas íntimas para crear fantasías eróticas; no es por demás que de aquí surgió la fiebre por las reliquias de santos, reyes, ídolos y fetiches de carne y hueso. Y si no fuera por la protección que el Estado y las instituciones religiosas brindan a los cadáveres humanos, ya la cultura tendría procedimiento y mecanismos que mitigaran su corrupción para poder para convivir con ellos dentro de la vivienda.       

Necronomicón (El Libro de los Muertos 

Obra del escritor estadounidense Howard Philips Lovecraft (1890 – 1937), uno de los indiscutibles maestros de la literatura fantástica. Autor de obras con tinte fantasmagórico y diabólico. enriqueció sus historias con la creación de divinidades menores y la creación de libros malditos ficticios, como este Necronomicón (el libro de la ley de los muertos). 

Según el mismo autor, Lovecraft, el nombre «Necronomicón» vendría de las palabras griegas νεκρος (muerto), νόμος (ley, norma) y εἰκών (símbolo, imagen) y significaría «imagen de la ley de los muertos».

Esta obra nos descubre toda una serie de rituales y conjuros mágicos capaces de invocar a dioses oscuros. Tal idea resultó tan atractiva en su tiempo que el mismo autor tuvo que negar públicamente que se tratara de un libro real, y explicar que solo se trataba de una invención literaria.

Sobre el año 950, la obra fue traducida al griego por Theodorus Philetas y fue entonces cuando al libro se le dio por primera vez el título «Necronomicón». Pronto el libro fue prohibido pero, en 1228, Olaus Wormius encontró una edición del libro escrita en latín. Finalmente, tanto la edición griega como la latina fueron prohibidas por el Papa Gregorio IX y todos los ejemplares que se requisaron fueron quemados.

EVITERNO, SEMPITERNO, ETERNO, PERPETUO

Eviterno es una expresión latina que significa tiempo indefinido, esto es, que tiene principio, pero no fin. Los diccionarios recurren como ejemplo a los ángeles, lo que equivaldría a perpetuo, como la luz de las estrellas, la cual sigue viajando por el universo, así la estrella que la originó haya muerto hace millones de años luz.

La palabra eterno, la cual manipulamos a nuestro antojo sin atender a su verdadero significado, sólo es exacta si la aplicamos a Dios, y necesariamente dentro de los parámetros de la fe de las religiones monoteístas, de lo contrario en este planeta azul no es posible encontrar un solo ejemplo concreto de eterno ni de eterno ni de sempiterno, así se recalque en un gran número de canciones, poemas y juramentos cuando habla del amor.

Volviendo a la palabra eviterno, ésta no la vamos a encontrar en cualquier elemental glosario sino en la voz de poetas destacados como José M. Vallejo (2010) en un agradecimiento a Isabel de Granda: “El eviterno humo del cigarro de una fumadora placentera, combatiente y confesa…” Miguel escudero Rayo habla de un eviterno olvido. Fages de Climent en su apología de la piedra se refiere a los eviternas que son las conquistas del alma.

AZUR

Este vocablo ha tenido desde épocas antiguas un significado esotérico: “aquél que asiste y que es asistido”; algo así como un Prometo que capta la energía y la reenvía a otros.  Corresponde, además al personaje bíblico bisnieto de Judá y padre de Ananías El Falso (esto por haber sido un mal consejero de los israelitas). Mientras que Azur era considerado un líder al que el pueblo llamaba “El Ayudador”.

Para la heráldica, Azur es la denominación de un color azul intenso u oscuro.​​ De entre los esmaltes heráldicos, pertenece al grupo de los colores, junto con otros, como el gules (rojo), el sable (negro), el sinople (verde) y el púrpura.  Azur es además un color espectral intermedio entre el cian y el azul, y por lo mismo pertenece al círculo cromático natural.

Para Marco Polo los orígenes de la palabra Azur están relacionados con la región de Turkestán, en donde se encuentran los yacimientos de la piedra lapislazulli, que en el antiguo Egipto se consideraba muy apreciada para adornar los escarabajos sagrados  y las máscaras funerarias. También la usaban para la medicina en forma de polvo.

Cabe recordar las alusiones al Azur de los poetas simbolistas Stéphane Mallarmé, Víctor Hugo, Juan Ramón Jiménez y hasta Rubén Darío, quienes  destacan  el significado esotérico y mágico de esta palabra tomada del francés, pero que proviene del árabe, del persa y del sánscrito en donde significaba “los rizos del rey”.

METAVERSO

«Ya no habitamos la tierra y el cielo, sino Google Earth y la nube»,

Sentencia Byung-Chul Han en ‘No-cosas’ (Taurus)

La palabra metaverso o metauniverso no es nueva: apareció por primera vez en 1992, en el libro Snow Crash, del escritor estadounidense Neal Stephenson. Se trata de un universo virtual, como si el internet se volviera un espacio casi que real. Se trata de una imagen holográfica, o de un avatar (representación gráfica que se asocia a un usuario en particular para su identificación en un videojuego o foro de internet), así que las personas pasan a ser representaciones en 3D, en donde las expresiones físicas y gestos, son una aproximación a lo real para que las interacciones sean más eficaces en los espacios virtuales.

 Lo que traerá esta tecnología que aún está algo distante es que nos va a ofrecer experiencias más abundantes al permitirnos añadir nuevas capas al mundo con el que podemos interactuar. Los espacios cotidianos como la vivienda, las oficinas y lugares de recreación tendrán su versión digital, hechos a la medida a las necesidades de cada uno.

¿Y lo negativo? Si nos estamos quejando de la poca interacción humana, gracias a celulares, en el metaverso los mensajes y juegos no se harán de manera escrita o manual; serán posible solo con las miradas y los gestos (artificiales). Y lo humanamente presencial podría ser una falacia, como si con estas innovaciones cada vez nos retiráramos más de la piel.

Ante esta nueva propuesta, lo importante es tener clara su función y orientar sobre todo a las nuevas generaciones, gobiernos e instituciones para seleccionar qué información se comparte, con quién se interactúa.

El otro tema de preocupación es la privacidad y la seguridad de los datos. Será un espacio para que se conozca más, no de la vida de las personas, sino de su información económico social, además de que se abra más brecha social entre los que puedan pagar por una mejor experiencia y otros que aún no han llegado a la telefonía digital.