El discurso es todo mensaje que se pronuncia de manera pública. Se trata de una acción comunicativa cuya finalidad es exponer o transmitir algún tipo de información y, por lo general, convencer a los oyentes. Serrano (1989) lo define como todo enunciado superior a la oración, considerado desde el punto de vista de las reglas de encadenamiento de las series de oraciones.
Un excurso es el fragmento de discurso que se aparta de la temática principal de éste con el fin de tocar otros asuntos. El sinónimo más exacto de excurso es digresión, la cual se define como la acción y del efecto de romper el hilo del discurso y de introducir en él aspectos que no tienen aparentemente relación directa con el asunto principal. Un excurso en boca de un político puede funcionar como estratagema, coartada, disculpa, pretexto, subterfugio o lo que se llama irse por las ramas.
Como ejemplos puntuales de excursos podemos citar las posturas de quienes son confrontados por los tribunales o la prensa para pedirle explicación sobre sus actuaciones, y en medio de sus explicaciones, rompen la cohesión de sus argumentos para desviar la mirada hacia otros aspectos que nada tienen que ver con el asunto, así por ejemplo, la salud de su querida madre, la soledad por la que pasan, lo mucho que aman a sus hijos, su rompimiento matrimonial o quebrantos de salud.