Archivos Mensuales: junio 2023

Ñ

Es un sonido palatal, esto es, que para pronunciarse se expulsa el aire por la nariz y se da un golpe con la parte media de la lengua en el paladar de la boca. Su pronunciación se presenta en muchos de idiomas, pero solo unos pocos la escriben con una sola letra. Su origen se remonta a la Edad Media, con los monjes que escribían a mano y las abreviaturas que empleaban en sus textos.

Dichos copistas, dado el costo y la escasez de pergaminos, abreviaban las letras que se repetían, y como en el latín no existe la letra ñ, cuando se encontraban dos N seguidas, solo escribían una sola N a la que se le añadía un trazo arriba, hoy conocido como virgulilla (~), el sombrero de la “Ñ”, que de hecho no es más que un “N” en miniatura y aplastada. Así que donna se copiaba como doña, annus pasaba a ser año.

La letra “Ñ” se encuentra en otros alfabetos relacionados históricamente con el idioma castellano, como el gallego, el asturiano, el euskera, y por supuesto en muchos lenguajes de la América que entró en contacto con los españoles a partir de 1492, como es el caso del mapuche, el guaraní, el mixteco, zapoteco, otomí, quechua o el aymara.

Cultura algorítmica

Lo que denominamos cultura algorítmica hace referencia a cómo nuestras experiencias culturales están cada vez más determinadas por algoritmos, entendidos estos, según Cristóbal Cobo (1976), como sistemas simbólicos, agentes intermediarios y herramientas para pensar e interactuar con los demás.

Estos agentes intermediarios nos conducen a interpretar la realidad social, política y económica del país y del mundo, a la manera de sus programadores. Como analogía, pensemos en unas gafas que nos impiden una visión total del mundo y sus matices. Así, con los dispositivos digitales y sus algoritmos tendremos una visión cómoda y distorsionada de la realidad.

Ilustremos esta cultura algorítmica con un ejemplo simple: si requiero informarme sobre un tema concreto, recurro a una plataforma digital que me entrega un documental, ya de por sí politizado; mientras lo veo recurro a Googsle Map  para ubicar una piza, de las que la TV me ha sugerido. Para terminar, me tomo una selfie foto que envío por mi app de red social a los amigos, esperando unos cuantos likes de ellos. ¿Y mi verdadero yo, donde queda?

Edutainment: aprender jugando

Aplicación de tecnologías móviles de realidad aumentada (AR) para permitir el aprendizaje con elementos propios del cine, la música, los videojuegos, los celulares y las tabletas.

Ahora bien, dado que los niños crecen habituados a los ambientes digitales y en los que la unión entre juego y tecnología se produce de manera natural, surgen nuevas oportunidades para los docentes y para los padres de familia.

Muchos educadores se angustian al encontrar en sus clases a estos alumnos nomofóbicos  o que no se pueden  despegar de los celulares; así que  emprenden una guerra contra estos niños. El educador de hoy debe ser un facilitador y orientador que permita que estas herramientas como las tabletas electrónicas y los celulares funcionen durante las clases como diccionarios conceptuales, bilingües, gramaticales, enciclopédicos, de dudas, de imágenes, de mapas o de conceptos afines.

Un educador debe saber que, además de Wikipedia, existen buscadores más específicos y académicos como Google Académico, Biografías y Vidas, Vikidia, Lexicool, entre otros.  Además de acercar a los educandos al manejo de mapas conceptuales (ver Cmaptool) y agendas específicas y organizadores.Valga la oportunidad para orientarlos en el manejo de fuentes electrónicas.

lapsus linguae / lapsus calami

De acuerdo con el psicoanálisis, los lapsus son puertas a los deseos reprimidos de las personas y con ellos es posible vislumbrar los traumas y las angustias de los seres humanos. El lapsus linguae se manifiesta en los olvidos o equívocos involuntarios en el habla; el  lapsus calami, en aquellos errores o tropiezos al escribir.

Se entiende por regurgitar la acción de expeler por la boca sustancias sólidas o líquidas contenidas en el esófago o en el estómago.  Pero cuando se trata de la mente, todas las lenguas de la tierra tienen un bagaje de vocabulario soez con el que escupen, vomitan regurgitan las rabias, los odios, las represiones y lo que Sigmund Freud denominaba “el malestar de la cultura”.  

Regurgitar el lenguaje se da generalmente en el habla, pero puede también se puede dar desde la escritura, tal como lo afirma El poeta maldito Leopoldo María Panero en su texto poético, “Escribir como escupir”, en “Poesía 78”(Calambur, Madrid 2008).

Ingurgitar es el antónimo de regurgitar, y tiene el sentido de engullir, deglutir, tragarse las palabras, y más sabiamente, callar: «Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar». (Anónimo).