Beata / biata

Para la Iglesia Católica una beata o un beato es un una persona bautizada  que lleva cerca de 5 años de fallecido y cuyas virtudes han sido previamente certificadas por la Constitución Apostólica Divinis Perfectionis Magístery de Roma. Como requisito, además de los atributos personales de caridad y virtudes heroicas, está la demostración certificada por médicos y teólogos de que dicho finado ha hecho como mínimo un milagro después de su muerte, a excepción de haber sido reconocido como mártir de la Iglesia.

El término beata o beato significa literalmente feliz (del latín beatus), o bienaventurado en sentido más amplio, aludiendo a la creencia de que esa persona está ya gozando del Paraíso.  La consideración de beato constituye el tercer paso en el camino de la canonización (reconocimiento de santo). El primero es Siervo de Dios; el segundo, Venerable; el tercero, beato; el cuarto, Santo

En el argot popular colombiano se califica despectivamente de biata o biato, a toda solterona o solterón que por su edad (cincuentón o sesentón) no parece tener casadero. En boca de los envidiosos y frustrados casados o rejuntados, una solterona es la sumatoria de caprichos, excentricidades y exigencias que sólo la  califican como persona destinada a vestir santos en las iglesias, y a ellos solo  para estar en obras de beneficencia, colaboradores de obras pías y ayudantes de sacristías.