Besuquear

El beso se define como un medio de comunicación no verbal que utiliza como recurso el contacto, la presión o la succión que se hace con los labios sobre una parte del cuerpo del receptor para expresarle amor, afecto, deseo, respeto o simplemente como expresión de saludo.

Un beso se da, lo que significa que es una acción generosa y que cuando se hace sobre las mejillas del receptor se invita a retribuirlo, pero cuando se dirige a sus labios se puede convertir en un verbo recíproco reiterativo, y que en infinitivo equivale a besarse, o besuquearse si se realiza desfrenadamente.

Los besos tienen su Día Internacional: el 13 de abril en homenaje al beso más largo de la historia: 58 horas, 35 minutos y 58 segundos. Así que muy merecidamente ingresaron al Libro Guiness de los Records por ese discreto besito la pareja tailandesa Ekachai y Laksana.

Veamos algunos tipos de besos y besuquiadas:

Beso esquinado:  se da en la comisura del labio, con el sentido de evasión o insinuación; de ahí que denota miedo, timidez, fastidio o prevención de contagio, dependiendo del contexto. Algunos lo denominan beso de anciano, por el temor que estos sienten de perder sus prótesis dentales.

Beso lengüetiado o beso de perro: el más vulgar de todos los ósculos, el cual exige demasiado amor o deseo para tolerarse. A una mujer puede arruinarle el maquillaje y a un hombre, el bigote. ¡Peligrosísimos en tiempo de pandemia!

Beso chupón: se da generalmente en el cuello, dejándole a la víctima y, por varias semanas, el recuerdo de un hematoma llamado equimosis, o simplemente, chupao. Es propio de los ganaderos quienes están enseñados a marcar de ganado.

Beso de vaca: es el más falso de todos los besos dado que no pasa de un bramido vacuno ensordecedor, tipo  mmmuuuaaa y que muchas veces puede afectar el oído interno. Es muy corriente en burdeles y prostíbulos cuando la matrona lo estampa en el cachete de sus clientes para que todos escuchen sus cariños.

Beso del vampiro: va acompañado de un abrazo de oso y de un retorcijón de cabeza, esto con el fin que el Nosferatu pueda aplicar toda su caja dental en la nuca de la víctima.  En algunas ocasiones le deja al destinatario, como secuela, un tortícolis o lo que en Colombia se denomina mico. Al final no deja de ser un peligroso beso chupón, muy cerquita de la vena aorta.

Beso de úvula: es aquél en donde las lenguas buscan ir más allá de la muela del juicio, sin importar el grado de halitosis. Su intensidad depende del tamaño de la lengua y de la pasión de los amantes, por lo que no es recomendable realizarlo inmediatamente después de haberse engullido una bandeja paisa, un sancocho trifásico o haberse fumado un tabaco. Para más comodidad es bueno retirar con anticipación las prótesis dentales móviles.

Beso negro: también conocido como anilingus, beso polaco o beso de colibrí consiste en estimular el ano de la pareja mediante la lengua o labios para llevarla al paraíso del placer. Lo que hace unos años era un tabú mirar, tocar y referirse al ano, hoy es algo tan usual que calificarlo perverso es tenido como una actitud antediluviana. Claro está que es esencial pedir autorización y tener  una buena higiene para no correr el riego de que su lengua se tope con doña salmonela.

Acerca de Diccionario de Comunicaciones

Licenciado en Español y literatura, Magíster en lingüística. Investigador en lexicográfico. Publicaciones: Diccionario de Comunicaciones (tres ediciones), Manual de Expresión Escrita (dos ediciones).

Publicado el 30 julio, 2022 en Sin categoría. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.

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