Aquí hay gato encerrado

En la Península Ibérica durante los siglos XVI y XVII, se le denominaba “gato” a un bolso de cuero destinado para esconder o cargar los maravedís de oro o plata o de vellón (aleación de oro y cobre).

Los gatos robustos eran escondidos en los sitios más disimulados de la casa para burlar a los ladrones, y los gaticos, tipo monederos los hombres los llevaban colgados de la pretina al beso de sus testículos; las mujeres, como siempre dentro de su corpiño, al beso de su corazón.  

Decir “aquí hay gato encerrado”, en aquella época, era una señal de sospecha que utilizaban los ladrones para avisar a sus secuaces que había dinero para robar. Hoy en día la utilizamos para señalar situaciones o acciones que despiertan desconfianza o inquietud, y que nos previenen ante un potencial engaño. 

Así, el anuncio de un cambio de estrategia de Joe Biden en su percepción de Cuba y Venezuela, nos dice que “hay gato encerrado”.       

Acerca de Diccionario de Comunicaciones

Licenciado en Español y literatura, Magíster en lingüística. Investigador en lexicográfico. Publicaciones: Diccionario de Comunicaciones (tres ediciones), Manual de Expresión Escrita (dos ediciones).

Publicado el 20 noviembre, 2023 en Sin categoría. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.

Deja un comentario